7 jul 2010

ALEJANDRO MAGNO

Alejandro Magno
Cuando uno piensa en grandes hazañas, aquellas que son imposibles y casi perdidas, se acuerda de Alejandro. Siempre yendo más allá. Siempre siguiendo el águila de sus sueños, con su caballo de batallas como aliado, como su gran socio.
Conquistó todo lo que pudo, y más. Le dijeron que no era nada, un bastardo, sólo la sombra de su padre Filipo el Rey. Pero Alejandro tenía un sueño alto y una mano firme, y una aún más férrea esperanza y confianza en sí mismo. ¿Quién necesita más? ¿Todos los ejércitos del mundo son imprescindibles? Él nos enseñó que no, que todo depende de ti mismo.
Alejandro fue el Emprendedor por excelencia, el apasionado, el inspirado, el que murió luchando. ¿Cuánto nos falta como Hombres de lucha en nuestra vida, para seguir sus pasos?
El emprendedor de nuestros días, al igual que Alejandro, también expande sus fronteras. Quiere llevar su cultura, sus bienes y servicios, por todos lados. Las sedes o sucursales de su negocio son sus fuertes, y los empleados sus soldados. Él los adiestra para la guerra pacífica de la competencia perfecta, para los combates donde la espada es la venta y el escudo es la calidad o la innovación. Y al igual también que El Magno, El Emprendedor sueña.
Su águila visionaria está puesta en la marca de su empresa, y es visible en su eslogan. Así como Alejandro declara a sus subordinados sus planes de batalla con una rama de un árbol escribiendo en la arena, el emprendedor escribe sus planes de negocios y estrategias. Y todo deberá marchar de acuerdo a lo planeado por el líder. No aceptará rumores de derrota, y cuando se sienta más complicado redoblará su esfuerzo, atacará con más ahínco el frente de su enemigo (el fracaso).
El emprendedor de hoy es igual que Alejandro cuando propagaba sus Alejandrías, porque debe invertir, tomar préstamos, expandir la producción, para no fracasar y ser absorbido.
Emprendedor, lo bueno es que tu competencia no es el enemigo sino tu aliado, porque te incita a ser mejor. Alejandro El Grande nos has enseñado a luchar contra elefantes gigantes cuando casi estabas derrotado. Emprendedor, ¿cuáles son tus elefantes que te dejan aterrados? Haz como Alejandro Magno, siempre luchando y muriendo por su causa. ¡Y lo mejor de todo es que el emprendedor siempre puede volver a empezar!

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